jueves, 14 de abril de 2016

LA VINIFICACION DE LOS VINOS Parte 1



LA VINIFICACION DE LOS VINOS



La vinificación de vinos blancos consiste en la fermentación del mosto, de la uva, evitando la maceración con los hollejos de la uva y las fermentaciones incontroladas.  La uva se estruja, despalillada o no, aunque se recomienda lo segundo. se escurre y se prensa obteniéndose mostos de diferentes prensadas.  Estas operaciones han de ser rápidas y sin mucha aireación si no queremos oxidar permanentemente el mosto.  Se llega así a una de las fases más delicadas de este tipo de vinificación: el desfangado o debourbage.  Esta operación consiste en separar los "fangos" del mosto y conseguir un líquido limpio que sea la base de un buen vino.  Esta operación de desfangado se puede hacer de varias formas: desfangado estático bien con cierta dosis de anhídrido sulfuroso a temperatura ambiente o con menos anhídrido sulfuroso y a temperatura baja, con centrifugado, filtración al vacío... Una vez obtenido el mosto deseado, se deja fermentar a temperaturas entre 1 54 y 1 8' para conseguir un buen desarrollo de aromas secundarios.  Con este sistema se pueden conseguir vinos blancos o levemente coloreados de uvas tintas.


En la vinificación de rosados también se fermenta el mosto solo, pero en este caso existe una variación con respecto a los de blanco y es que se hace con uvas tintas, o al menos una parte de ellas, dejándose en maceración el mosto junto al hollejo unas horas.  Se
procede fuego al desmostado.  Se fermenta ya el líquido solo como si de mosto blanco se tratase.

La vinificación de vino tinto consiste en fermentar el conjunto de mosto y hollejo.  También hay diferentes formas pero en la fase final ocurre igual. los primeros grados alcohólicos producidos disuelven parte de las substancias de los hollejos. Antocíanos, taninos y otros polifenoles, así como parte de la materia mineral.  Para facilitar esta labor y ayudar en general a la fermentación se hacen remontados de mosto que, sacado de la parte inferior moja el "sombrero" o pasta de hollejos y pulpa flotante en el mosto.  Esta fermentación puede iniciarse de dos formas:

Fermentación de uva despalillada: a la vendimia se le quita el raspón por medios mecánicos y se lleva a fermentar los granos de uvas más o menos rotas junto con el mosto.  Las excelencias del etanol como disolvente orgánico hacen que, en esta maceración, al aumentar el grado alcohólico aumente la extracción de polifenoles y materia colorante del hollejo: así normalmente, vinos jóvenes, con gran intensidad colorante son vinos con alta graduación.

Vinificación con maceración carbónica: en este caso la vendimia entera se echa al "lago" o depósito de fermentación.  Así van los racimos sin apenas romperse, los granos de uva que se han roto comienzan a fermentar, desprendiendo CO. y si no ocurre así habría que añadirle el anhídrido carbónico para que comience una fermentación dentro de la baya, sin presencia de oxígeno y sin intervención de levaduras.  Se producen entre 1.5º y 2.5º de alcohol de esta manera.  Este alcohol disuelve parte de las substancias aromáticas que se encuentran en la parte interior del pellejo del grano. También hay una disminución de ácido málico, quedando así la acidez del vino disminuida.  A partir de aquí se produce la rotura de la baya y continúa la fermentación normal.  El vino así obtenido tiene las peculiaridades de esta fermentación dentro del grano y de que continúe fuego la fermentación en presencia del raspón.










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